Construir proyectos basados en el egocentrismo y el egoísmo, por muy «talentosos» y «originales» que puedan resultar a primera vista, lo único que contribuye es a generar falacias («engaños») financieras, sociales, empresariales, etc, excesivamente corto-placistas y poco sustentables para los Sistemas.
Con este párrafo concluíamos la anterior entrada (primera parte) de esta serie destinada a los valores ético-emprendedores «Solidaridad» y Cooperación». La primera parte la destinamos a la SOLIDARIDAD.
Ello nos ayuda a seguir analizando el siguiente valor emprendedor: LA COOPERACIÓN
Cooperar consiste en obrar juntamente con otro u otros para un mismo fin. Desde la perspectiva SISCAPEM, el objetivo estaría en “cómo definir ese fin común”.
Según los autores del Modelo E2, el valor cooperación reside en la «creencia de que la toma de decisiones y las diferentes acciones llevadas a cabo conjuntamente con otro u otros individuos, grupos u organizaciones, dirigidas a un mismo fin, son más efectivas que las realizadas de manera individual, aislada, independiente y/o amparadas en el conflicto» (Cañadilla et al, 2000)1.
Es decir, que cooperar, supone generar sinergias para conseguir un fin determinado (o fines comunes alineados).
Una idea que nos inspira y que proviene del campo de la Sociología es la diferencia que existe entre los Conceptos Gemeinschaft (Comunidad) y Gesellschaft (Sociedad) que ya definiera en 1887 el famoso sociólogo Ferdinand Tönnies. De modo aproximado se puede decir que con esos términos se diferencian dos formas de asociación humana cooperativas y pacíficas. Sin embargo hay diferencias entre ambos conceptos.
En el proyecto SISCAPEM nos apasiona el proceso de «entender» y «racionalizar» el por qué las personas emprenden más o menos, y, sobre todo, la naturaleza de sus emprendimientos en su particular «para qué» lo hacen.
Todo ello en función de su realidad coyuntural y, sobre todo, la sutil diferencia que puede haber en la intencionalidad más recóndita de los individuos (que forma parte de su inconsciente) para llevar a cabo un proceso de emprendimiento.
Dado que las creencias y los valores condicionan en gran medida este proceso, analizamos ahora como afecta la forma y el grado de asimilacion del valor COOPERACION asociado al de SOLIDARIDAD.
Veamos una posible interpretación del «por qué» tanto la solidaridad como la cooperación difieren entre sociedad y comunidad.
Siguiendo las enseñanzas del Prof. Dr. Genaro Chic García del Dpto. de Historia Antigua en la Universidad de Sevilla, el origen de la palabra comunidad viene del Latín munus que quiere decir don, regalo y cum que quiere decir juntos. Comunidad significa literalmente, regalarse unos a otros. Se construye vía las relaciones multilaterales del parentesco, los valores compartidos y el afecto. El objetivo a realizar es la vida comunitaria en sí misma.
La sociedad, del latin «sociĕtas, -ātis», en esencia , es un concepto polisémico, que designa a un tipo particular de agrupación de individuos que se produce tanto entre los humanos (sociedad humana -o sociedades humanas, en plural-) como entre algunos animales (sociedades animales) (Wikipedia). Resulta en gran medida de relaciones unilaterales y del deliberado esfuerzo de organizaciones formales por alcanzar la coordinación. Se caracterizan porque todas ellas tienen unos objetivos diferentes de la vida de la comunidad o de la organización por sí misma.
En esencia, lo que diferencia a ambos conceptos son:
- la naturaleza de los vínculos entre ellos (fundamentalmente emocionales)
- los objetivos de sus miembros (en esencia racionales).
En una de las clases del profesor Genaro Chic, a la que tuve la suerte de asistir, con motivo de su intervención en el Máster en Cultura Emprendedora de SISCAPEM, me dejó muy sorprendida una de las afirmaciones que hacia, como siempre, bien fundamentada históricamente: «Desde Platón, una procesión de filósofos y teóricos en la que participarían Marx, Maine, Spencer y Durkheim hicieron una distinción semejante a la de Ferdinand sobre ambos conceptos. Dichos autores opinan que en los últimos trescientos años, en las sociedades de Europa Occidental y en Norteamérica -y en menos años en las de otras partes del mundo-, se ha asistido a un movimiento desde la primera (Comunidad) hacia la segunda (Sociedad) de estas dos formas de asociación humana participativa y cooperativa».
Es decir, que en nuestra era, la Civilización Humana atiende a parámetros racionales (sociales) más que emocionales (comunales), siendo éste (el racional-Hard) el parámetro que más peso tiene en la balanza frente al Blend (emocional).
Entendemos, por tanto, el por qué la mayor parte de los programas orientados a fomentar «emprendimientos», se basaban más en los componentes tecnológicos e incluso desarrollo habilidades sociales, que potencien ese componente Hard para conseguir el éxito y la sustentabilidad.
Desde la perspectiva SISCAPEM, proponemos un Fomento de la Cultura Emprendedora que no solo tienda a equilibrar ambos aspectos, el racional y el emocional, para conseguir así un equilibrio sistémico (o tender hacia él). Eso se hará patente no sólo en los proyectos individuales, sino también en los colectivos, y además abrirá nuevas perspectivas en la visión holística del desarrollo humano.
Por ello, en nuestros programas formativos, tendemos a combinar ambas perspectivas, con el objetivo de combinar la «Ciencia» y «Conciencia», entendiendo ésta como conocimiento compartido con el fin de abrir una nueva y desarrollar una comunidad cooperativa y solidaria (de ahí la importancia de estos valores) que sea lo suficientemente constructiva y evolucionada (tanto para sí misma como con relación a otras comunidades).
Incluimos por ello la vertiente «supraemocional» con el ánimo de ir un poco más allá en el conocimiento de aquellos aspectos que forman parte de nuestro inconsciente individual y colectivo que, al racionalizarlos y hacerlos conscientes, ayudamos a fortalecer a emprendedores más sólidos que lideren los modelos sociales venideros, basados en principios que fortalezcan al Ser Humano (en su vertiente tanto física como espiritual).
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