Estimado D. Manuel,
Desde hace tiempo tenía ganas de enviarle unas palabras de agradecimiento a nivel personal y como promotora SISCAPEM, dado que su figura tanto profesional como personal, proporcionó altísimas dosis de inspiración en la labor profesional de esta pequeña y humilde discípula.
Desde que lo conocí siempre he admirado su enorme «energía» que, desde los ámbitos académicos, empresariales, sociales y de cualquier tipo.
Y esta admiración llegó a su éxtasis cuando aquel 22 de Julio de 2003, a pesar del calor que entonces teníamos en una Facultad de Económicas, el tribunal de Tesis que usted presidía, daba ánimos y fortaleza a una humilde doctoranda que tuvo la «osadía» de utilizar «el palabro» EMPRENDEDORISMO (con O) como una forma diferente de entender el mundo del Fomento del espíritu emprendedor.
Su discurso final a la par que emocionante, resultó ser la luz en ese faro que ese día se iluminó, y que sigue acompañándome en mi carrera cada vez más conciliada con una calidad de vida que me permita transferir todo lo aprendido a mi entorno social más inmediato, siguiendo sus sabios consejos en los pasillos de la Facultad o cuando pasaba por el despacho y me regalaba un saludo y algunos «minutejos» de charla realmente productiva.
Y no sólo sus consejos, sino tomando como referente, por ejemplo, su espectacular obra «la Corporación Cibernética», que fué promovida inicialmente (1984) por el Centro de Estudios Municipales y Cooperación interprovincial de varias diputaciones.
Tengo que reconocer que es una de las obras más sobresalientes de «Ingeniería Económica» con un alto componente de impacto social que podido tener la suerte de leer. Se esforzó mucho en hacer que el complejo lenguaje de sus variadísimas fuentes bibliográficas, pudiese tener un «sentido». Parafraseando su prologo: «Cooperar en el destierro de los males que impiden que las Administraciones cumplan definitivamente una función de auténtica eficacia social» (Ortigueira, 84 p. XIV), y añade poco después: ferviente deseo de contribuir a consolidar en el camino de la democracia».
El mundo ha cambiado muchísimo desde entonces. La avalancha tecnológica que acompaña al nuevo milenio ha contribuido, si, a que la información (y desinformación), fluya por todos lados, en sus múltiples manifestaciones (no sólo a nivel gráfico). TODO es información (la luz, el sonido, y todas las múltiples formas en las que se manifiestan esas nuevas concepciones de intercambio de bips).
Con estas palabras, intento hacer un ejercicio simple de Sinectica (creatividad operativa), no para resolver un problema, sino para mostrar mi humilde visión de cómo interactúan esos bits informativos generando realidades complejas, en muchas ocasiones, muy paradójica.
Como estoy convencida de que usted sería de esas mentes que se alinean con estas cosas «raras» que provienen de una mente creativa, lo comparto.
Haciéndole un guiño a otras disciplinas (algo propio del concepto emprendedorismo), me llama la atención el concepto de fusión nuclear como forma de conseguir una energía limpia pues se basa en la misma reacción nuclear que alimenta el Sol y las estrellas, es una fuente potencial de energía segura, sin emisiones de carbono y prácticamente ilimitada.
Recuerdo que mi padre (ingeniero de minas y que trabajó muchos años en campos de energía nuclear) me contaba cosas «raras» en las largas conversaciones que sostenía con él cuando iba a acompañarlo en sus elucubraciones personales al lado de su inseparable Bota de vino artesana. Me hablaba de fisión y fusión nuclear. Confieso que no lo entendía muy bien.
Ahora, cada vez que miro al sol y medito desde, para mi, el lugar más bello del mundo, creo que puedo «racionalizar» algunas cosas siguiendo lo que usted recoge en su libro de la Corporacion Cibernetica (un titulo nada aleatorio) y cuya portada resume de forma visual todo un símbolo que aglutina las enseñanzas que predica «organizar y amplificar el esfuerzo común de los hombres que desde las corporaciones locales, intentan cambiar la situación de un mundo de tensiones, conflictos, violencia, enfermedad, hambre, corrupción, ignorancia injusticia, opresión, indignidad, intransigencia y miseria, y con la esperanza de que el hombre rompan las cadenas que lo esclavizan y consiga alcanzar, al fin su libertad«
Gracias profesor Ortigueira, por alumbrarme el camino de VER y ENTENDER que los cambios económicos y sociales comienzan por uno mismo, y que en la medida que nosotros modificamos nuestra «estructura nuclear» podemos contribuir a alterar la de nuestro entorno, siempre y cuando nuestros bips informativos (a modo de átomos) se fusionen con las de los demás en una frecuencia vibratoria tan alta y tan intensa, como es la frecuencia 528, también llamada FRECUENCIA DEL AMOR.
Presentes o ausentes en esta nuestra dimensión física más baja, siento que todos estamos conectados bajo ese proceso de fusión nuclear, generando una energía limpia y poco dañina para el planeta.
Gracias mil,(disculpe ser tan reiterativa) por haber formado parte de ese proceso de aprendizaje tan intenso y generador de vida.
Seguimos en el camino….
Ana Orti
Promotora SISCAPEM
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